viernes, 6 de abril de 2012

EDITORIALIZANDO

          
          En esta entrada quiero incidir en el hecho de que yo no represento a nadie. Desde ya hace algún tiempo, sólo me represento a mí. Esta, como todas mis entradas al blog, es mi opinión. ¡Qué “pa” eso el blog es mío!

Vaya por delante que la propiedad pública no se regala; se gestiona y de la gestión ha de salir el beneficio para el propietario de la misma, o lo que es lo mismo, el pueblo.
           
Dicho esto, y en primer lugar, quiero sumarme a la protesta ciudadana que reivindica que el albergue de La Mola no puede ser cedido sin más. Sin contraprestación que redunde en el bien municipal.
           
            No tenía ninguna intención de publicar nada relacionado con este tema, por el temor a que fuera utilizado de forma maniquea por alguna parte interesada. Pero vista la sagacidad que determinados estómagos agradecidos han mostrado a la hora de tratar el tema, pues la verdad, como que vale la pena opinar. Al fin y al cabo, si el que debiera ejercer de informador, se convierte en vocero de una causa, ¿por qué yo, miembro de la ciudadanía noveldense, no voy a poder opinar, vocear mi causa?

            Y opino. Opino que la respuesta social a cualquier tema siempre ha de ser tenida en cuenta. Y aún cuando en ocasiones los requerimientos de la sociedad que coloca a sus representantes para eso, para que los representen, no puedan ser atendidos, han de ser al menos oídos. Y son esos, los representantes, los primeros que han de asumir que ejercer la función de representante, no de jefe de la tropa, supone prestar oídos a las reivindicaciones y luego tomar decisiones que, acertadas o no, vayan encaminadas, o ese sea el intento, al bienestar de los representados. ¡Claro que ceder un edificio como el albergue, por el mantenimiento del mismo, es como poco fomentar el bienestar de los representados!

            En este tema, por más que se empeñe algún folleto local, no cabe hablar de gobiernos anteriores, porque ya pasaron y no pueden ser responsables de un acto que está por pasar. No cabe hablar de ideologías políticas porque, aun cuando todo el mundo tiene la suya, es la ciudadanía en conjunto la que se está expresando. Y no cabe preguntarse ¿a quién protesto yo?, porque se protesta al que se debe protestar, que es el responsable en cada momento que toca. Bueno, se puede preguntar eso si uno no tiene ni idea de cómo funciona esto, o está, digamos... ¡”confundidillo”! 

            Por supuesto, somos humanos, que habrá quien quiera arrimar el ascua a su sardina, de manera maquiavélica, para fines bastante menos loables que el simple de reclamar la mejor gestión posible del patrimonio municipal, a buen seguro que los habrá. Pero si alguien, y más si es ese alguien es el editor de una ventana de información, pretende hacer de esa parte un todo, incluso antes de que se produzca esa postura ventajista, está o estará ejerciendo de ventajista.

            A nadie, de los que puedan leer esta entrada en mi blog, se le escapa quien soy, cual es mi forma de pensar y bajo que siglas he concurrido a distintos comicios. Pero cuidado, que a nadie se le escape, y mucho menos al “informador editor” que, a día de la fecha, por encima de todo, soy ciudadano llano de Novelda, ciudad dónde sigo pagando mis impuestos. Y por supuesto con ellos se puede hacer la gestión que cada gobierno considere más oportuna, aun cuando yo no esté de acuerdo. Eso sí, regalarlos... ¡pues como que no!

            Para los que ven fantasmas en otros sitios sin darse cuenta de sus espectrales artículos, les recomiendo que repasen las tres funciones del periodismo: información, opinión, y publicidad. ¡Ahora eso sí, no me las mezclen después de repasadas! En una noticia se informa, no se opina. Y en una opinión, no se tiene porque informar. Y en publicidad... bueno, espero y deseo que tengan suerte y estén incluidos en el plan de pago a proveedores.

            Nada más. Como habrán podido comprobar ni una sola etiqueta, ni una sola sigla, ni un solo atisbo de polarización. Que es como yo concibo esta protesta, sin sectores, sin partidos, sin creencias, solo como protesta de la ciudadanía ante lo que se considera un despropósito: la cesión en unas condiciones nada ventajosas para el municipio. “No a la cesión gratuita del albergue”.

            Por supuesto, si el trabajo me lo permite, yo, Ramón Martínez Piqueres, estaré en la Plaza Vieja el miércoles día 11 a las 20:00h. Para reclamar, para protestar, ante el único que puede evitar la dádiva.