domingo, 9 de septiembre de 2012

De la crisis, los mesías y otras hierbas (brotes verdes).

Este fin de semana, tomando una cervecita con la persona que más respeto y admiración me merece, me comentó que ya hacía mucho tiempo que entraba al blog y no leía nada nuevo. Evidentemente, ese toque de atención, tratándose de quién se trataba, no podía quedar en el olvido. Así que, ni corto ni perezoso, decidí empezar a pensar que contar en mi próxima, esta, demostración de “juntaletrismo”.
Y tanto y tanto pensar, me ha traído hasta aquí.

Estoy ya un poquito harto de la crisis. ¿Ustedes no? Harto de la misma crisis, de los que viven a su amparo, de los que la amparan y de los que han hecho de ella un abrigado lugar dónde sacar a pasear sus ideas “maravillosas” de revueltas sociales, soluciones mágicas y demás gaitas. Y por supuesto, estoy hartito de los que debieran de resolverla y todavía no saben ni dónde está el botón de arranque.
Pero sobre todo, estoy harto de los “salvapatrias” que aparecen siempre en circunstancias como esta y que mientras no hay situaciones críticas viven en un mullido anonimato, disfrutando, aprovechándose diría yo, del sistema que “aborrecen”. Estos, me producen náuseas. ¡Y eso que no soy muy proclive a la angustia!
 Son esos, que conforme va pasando el tiempo y ven alguna posibilidad de recuperación de la situación económica, recrudecen su postura, su lenguaje, sus arengas mitineras, para no perder la única baza que tienen de repercusión social: la desesperación, la miseria, el desencanto. “Dios mío!!! Y si esto se arregla a qué serpiente voy a poder encantar!!!” Deben de decirse todos los días.

            El máximo exponente de esta caterva, ganado a pulso, es el señor Sánchez Gordillo. Ahora bien, imitadores aficionados del señor de la barba y el pañuelo, ¡hay un chorro! ¡Pasen, pásense por las redes sociales!
            Este individuo, más cerca de un enviado divino que de un ateo convencido, ha conseguido que en su casa todos los días lo llamen por teléfono y le digan: “papi, tío, hermano, hijo has salido en la tele!! Qué contentos estamos de ver lo famoso que te estás haciendo. En un “ná”, te cargas a Cayo Lara”. Mucho me temo que más bien habría que llamarlo y decirle, eso sí, en tono familiar, “¡Primo, que ya está bien de hacer el ridículo. Bueno, o lo dicho, el “primo”!”

            En otro orden de cosas, pero prácticamente el mismo,  desde hace mucho tiempo veo como se ningunea la figura de Mariano Rajoy, que dicho sea de paso, ¡no es para menos! Porque claro, a mí los recortes, ajustes, reorganizaciones o como quieran llamarlo no es que me sienten bien pero si hay que hacerlos pues nada, a hacerlos. Pero claro, también, que D. Mariano venga ahora con que no conocía la verdadera situación del país antes de entrar a Moncloa (al más puro estilo Felipe González enterándose por la prensa de la mayor trama de corrupción y terrorismo gubernamental conocida en este país) y que un par de puntos de déficit sean los responsables de la quiebra absoluta de un programa, una forma de hacer y entender la política, como que no me vale. Como que no le puede valer a nadie. Pero decía que veo como se le ningunea constantemente mientras se obvian actuaciones de otros “actores” que deben de tener ya en su jardín una selva amazónica a tenor del tiempo que hace que tenían brotes verdes. ¿O solo hay un progenitor de esta “niña” que se llama Crisis? ¿A quién se lo quieren hacer creer? Porque si aceptamos pulpo, o lo que es lo mismo Aznar como el origen de esta crisis (¡Qué ya hay que hilar fino!), el que está en medio de los dos “asesinos” del estado de bienestar (léase Aznar y Rajoy), qué es, ¿qué estuvo de paso ocho años por la Moncloa? ¿Qué él no ha tenido nada que ver en el devenir de los acontecimientos desde el 2004 al 2011? Pues como que no; que no cuela. Que fue el primero en recortar y que, caso de haber seguido (¡a dios gracias circunstancia no acontecida!), seguiría recortando porque no le quedaría más remedio. De otra forma, puede; pero recortando al fin y al cabo. Y si no que se lo pregunten al idolatrado Hollande: 33.000 millones de recorte. ¡Cuántos cantaban las alabanzas del adalid del socialismo en Europa! Supongo que ahora se buscará la excusa o el paño caliente para justificar estos recortes que, en el caso de que los hubiera hecho Sarkozy, serían propios de una dictadura fascista. Serían propios de la quiebra del estado de bienestar. Porque si aquí lo son, en Francia también. ¿O no?

            Lo dicho, hartito de la crisis y de todo lo que la rodea. Harto de que las personas que la sufren en sus carnes sigan sufriéndola sin que nadie les diga cómo y hasta cuándo van a tener que seguir sufriéndola. Lo leía hoy mismo: “el problema en este momento no es la crisis. El problema es que nadie ha dado ninguna solución todavía después de cuatro años”.
Harto de poseedores de la verdad. Harto de mesías disfrazados de palestino. Harto de dirigentes que no dirigen; los dirigen. Harto.

            Y por cierto, yo no tengo ni idea de cómo salir de la crisis. Lo siento no doy para más. Solo puedo expresar mi deseo de que espero que la salida sea lo antes posible y que a quién corresponde no dé palos de ciego. Que dé palos, pero al agua!

P.D. Quien quiera leerlo, que lo lea. Pero discutir del tema como que no. Ya digo, hartito. De este tema como mucho divago en la pseudointimidad de mis lares virtuales.