viernes, 25 de marzo de 2011

ÁNIMO Y FELICIDADES

                 Mucho ánimo a todos y cada uno de los participantes que el domingo tomarán parte en la manifestación en defensa por la vida, convocada por la plataforma a tal fin concebida. Y muchas felicidades por todo el esfuerzo que a buen seguro van a hacer, desde el primer hasta el último participante, en la mencionada manifestación. Mi reconocimiento a la capacidad de convocatoria es evidente y digno de ser compartido. Mi admiración a la que, a buen seguro, va a ser una gran participación, es lógico, y otra vez compartible.

                Quiero felicitar el entusiasmo con el que algunos de los promotores de este evento han alentado a la población. Quiero ver en ellos a cualquiera que enarbola una bandera pensando que bajo ella está la salvación, la causa a defender. Quiero pensar que quien la porta no pretende derrocar sino crear. Y por eso, por enarbolar una bandera, ¡felicidades!

                Me gusta apoyar, siempre me ha gustado, a aquellos que defienden lo que creen justo aun cuando los demás no. Me gusta reconocer a los reivindicadores, aun cuando no me gusten sus reivindicaciones. Y sobre todo me gusta esta sociedad que es capaz de discrepar, de discutir y hasta de berrear. Eso sí, y desde hace algún tiempo, sólo hace como mucho eso, berrear. Gracias a todos, lo de disparar ya es historia.

                Volviendo a la manifestación del domingo, quiero que sus promotores sepan que estoy con ellos en cada minuto de sus desasosiegos a la hora de la organización de un evento de estas características: reivindicativo. Que sepan que creo saber con la ilusión con la que se prepara una reivindicación tan grande. Y que sepan que el motivo, para cada cual, es el motivo; pero que la ilusión, independientemente del motivo, es enorme para todos los que mueven algo parecido: el pensar que se tiene razón y que merece la pena. Por eso, otra vez, ánimo y felicidades.

                Y por último tres consideraciones para seguir apoyando ese acto cívico y tan loable:
                1.- Me gusta la gente que no ofende a los que defienden posturas contrarias. Y me gusta la gente que entiende la legislación civil y penal por encima de la canónica o clerical (no vigentes en España). ¡Qué le voy a hacer!
                2.- Estoy en contra del aborto en la misma medida que lo ha estado el Partido Popular en los ocho años que gobernó este Estado (Nación). Y estoy totalmente en contra de quien califica de asesino, ladrón o cualquier otra aberración a quien tan sólo cumple o dicta leyes cuando toca.
                3.- Sigo deseando lo mejor para esa gente que defiende, manifestándose pacíficamente, lo que cree justo. Y por lo tanto les sigo animando. Y también les sigo felicitando por el esfuerzo que toda esta organización supone, y que a buen seguro será todo un éxito. Éxito que deseo a todo el qué, de manera civilizada, quiera reivindicar su razón.

                Nada más. Si acaso si ven a alguien por la cabecera de la manifestación que estuviera de visita en el Big Ben a finales de los ochenta, denle recuerdos. Un abrazo

4 comentarios:

  1. ¿Y quién está en contra de una manifestación con el slogan "SÍ A LA VIDA"? Creo que excepto unos pocos, todos estamos a favor de ese slogan. Y cuando digo unos pocos me refiero a esos locos que, gracias a nuestro sistema judicial, están en la cárcel o en busca y captura.
    Ahora bien, ¿quién puede estar en favor de una manifestación con un slogan como "SI AL TRABAJO"? Pues evidentemente todos, empresarios y trabajadores, excepto unos pocos que pueden estar tan locos como las excepciones del primer slogan.
    Lo importante de estos movimientos reinvidicativos es lo que va alrededor de ellos y si bien, en el slogan de "SÍ AL TRABAJO", muchos empresarios no apoyaron esa reivindicación, en el caso del "SÍ A LA VIDA" se pretende que estemos en contra de la Ley del Aborto que aparece en nuestra legislación.
    Pues ni una cosa ni otra. Cuando los trabajadores salieron a la calle en defensa de su trabajo tendrían que haber planteado una reivindicación directa en defensa de sus puestos de trabajo, y los convocantes de la manifestación del pasado domingo tendrían que hablar claro planteando su oposición al Aborto.
    Con las cartas boca arriba podríamos expresar libremente lo que pensamos y así, poder mejorar la situación laboral de los trabajadores y, al mismo tiempo, dar la oportunidad de que todas las mujeres, sean de la condición social que sean, puedan tener los mismos derechos. Y estas cosas sólo se consiguen aprobando leyes ante las que todos somos iguales, los trabajadores y los empresarios y las mujeres que pueden costearse un aborto en una clínica privada, en España o en Londres, y las que no.
    Antonio López Vicent

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  2. Antonio, estoy de acuerdo en gran parte de lo que dices, pero... ¿en este artículo del Bolg? En fin. Estoy de acuerdo con mucho de lo que dices!

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  3. ¿Y dónde mejor? ¿En los articulos que publica el Padre Javier? Entonces también dí mi opinión.
    Aquí tu expresas una opinión sobre la que pretendes que exista debate. Pues aquí estamos los que discrepamos educadamente...
    Si esa manifestación hubiera estado bien organizada con ese slogan "SÍ A LA VIDA", tendríamos que haber llenado cien glorietas. Lamentablemente no ha sido así. Que cada uno haga la lectura que quiera.
    Felicidades por atreverse a manifestarse pero que asuman el fracaso por no haber conseguido que todos estuvieramos allí.
    Y en cuanto al debate de fondo, osea, al aborto, podrímos estar llenando comentarios y comentarios, pero con la educación de saber escuchar y saber expresar la opinión sin molestar. Espero que en esta blog se pueda participar siguiendo esa premisa. Seguro de sí.
    Antonio López Vicent

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  4. Se puede y se debe participar. La única criba que existe es para evitar a los "valientes" anónimos. Peor incluso los que desde el anonimato hagan comentarios no soeces, se incluirán. Y Antonio, estoy encantado con los tuyos. Y otra cosa: estoy en contra de esta ley del aborto. Y sigo estando en contra de quien tilda de asesino a los legisladores y a los ejecutivos.

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