OTRA DE DESPROPÓSITOS

               

                 Metidos ya en harina, me gustaría comenzar por comentar lo que considero el enésimo despropósito de este equipo de gobierno municipal y, como en otras ocasiones, no tanto por el fondo como sí por las formas. Me estoy refiriendo a las obras de adecuación de aceras al plan de movilidad sostenible y a otros muchos planes que contemplan la necesaria adecuación de determinadas cuestiones viarias. En concreto a la actuación sobre las aceras de la calle Virgen de los Desamparados, calle por la que venía transitando el desfile de Moros y Cristianos desde hace más de dos décadas.

                Desde mi humilde punto de vista, disputas entre festeros y gobierno al margen, lo que hay que hacer y que además mejora el bienestar general del municipio, pues se debe de hacer. Eso sí, ya que se hace, pues se debe de hacer bien desde su planteamiento hasta su ejecución; desde la parcela administrativa y diplomática hasta la técnica de colocación de baldosas. Y digo esto porque leyendo algún que otro artículo y comentario al mismo, me da la sensación que aquí lo que ha vuelto a faltar, como en otras ocasiones a lo largo de la legislatura, es el talante, o quién sabe si quizá el talento.

                Está claro que la realización de estas obras estaba aprobada hace mucho tiempo. Está claro que cualquier persona hubiera podido presentar sus quejas antes de colocar los ladrillos. También está claro que la actividad y bienestar de un municipio no puede girar en torno a los actos festivos o festeros de este; eso sí, tampoco de espaldas a los mismos. Y por qué no, también está claro que no sería la primera vez, ni seguramente la última, en que se tuviera que variar el recorrido del desfile. Ahora bien, ¿no está también claro que mucha parte de esta problemática se podría haber evitado con el diálogo cuando y como tocaba? ¿No hubiera sido de recibo que, de manera oficial, la Junta Central de Moros y Cristianos, ya que es uno de los principales “afectados” por esta actuación, recibiera comunicación por parte del equipo de gobierno, además de haber sido invitados a tratar el asunto antes de que fuera una realidad inamovible?

Y es que las formas, en muchos casos, evitan más problemas que el fondo. Es que es un poco el caso del “olímpico” carril bici que se nos colocó, hace ya tres años y medio, en la Avenida de la Constitución y del que, hasta que no empezaron a colocar bordillo, no sabía nada nadie; ni vecinos, ni comerciantes, ¡bueno, ni el alcalde!

                Tengo claro que todas las obras aprobadas, todas con el apoyo del Partido Popular, al amparo de los planes especiales del gobierno central y del autonómico benefician al municipio. No tengo claro la prioridad de algunas de ellas (y así y todo el PP las ha apoyado para fomentar el desarrollo de la ciudad); y menos claro tengo que un gobierno no sea capaz de prever que un colectivo municipal tan importante y numeroso como son los Moros y Cristianos va a verse afectado por una actuación determinada y no sea lo suficientemente competente como para despachar con ellos de manera preferencial. Aun cuando al final la obra se acabe haciendo.

                Y miren sin ánimo de polemizar más de lo oportuno y sin ánimo de ser oportunista ante el enésimo error de coordinación y comunicación de este gobierno multipartito, es que encima no se puede pretender tener razón delante de ningún colectivo bajo el escueto argumento de “pedir disculpas por no haber informado”. ¡Hombre!,  pedir disculpas está bien y honra a quien las pide, pero cuando las tienes que pedir en todas o casi todas las acciones que emprendes… ¡pues va a ser que no!